24 de marzo de 2015

Pérouges, un viaje medieval

¿Quién no ha recibido una de esas cadenas por mail que hablan de hermosos pueblos franceses? Te pasan miles de diapositivas con alguna canción típica de fondo, y uno sólo querría teletransportarse directamente hasta ahí! Cuando vivía en Francia, mucha gente me mandó de esas cadenas sugiriendo que yo haga lo que ellos no podían hacer inmediatamente: comprar el ticket de tren y conocer al menos uno de esos "villages".

El profesor de francés que me enseñó las básicas antes de partir de Uruguay, obró también como guía turístico. Me mandaba recomendaciones de a dónde ir, qué comer, y en una de esas me comentó acerca de "Pérouges" (ver mapa).


Calles de Pérouges

Dejé el nombre guardado en mi memoria y, a la primer oportunidad, le caí a mi esposo con los pasajes comprados. Para ir tomamos un tren de Grenoble a Meximieux, y de ahí caminamos por un sendero flechado hasta nuestro destino.

Este lugar resultó ser una ciudad medieval amurallada que mantiene su arquitectura y tradiciones casi intactas. Si vimos alguna película ambientada en el medioevo, es muy posible que haya sido filmada en Pérouges, ya que en una época fue la preferida de los directores de cine. Los carteles en la calle, la vestimenta de los mozos, la comida que te sirven, todo conserva el estilo de antaño para que la visita sea realmente como viajar en el tiempo.

En la foto, arriba a la izq se puede ver los tejados de la ciudad medieval de Pérouges.

La primer impresión al entrar fue "qué tranquilo!". Uno está acostumbrado a visitar lugares turísticos en donde te pechen, hagas colas, o que sin querer te metas en fotos ajenas, pero ahí había poca gente (fuimos a fines de abril) y cero ruido de motores. La consigna al visitar una ciudad así es caminar hasta donde nos dé el cuerpo, y Pérouges es perfecta para recorrer en menos de un día, pero recomiendo pasar una noche en alguno de los hotelitos ("ostelleries") que hay dentro de las murallas.




Para mi, una gourmet incansable, el mejor momento es el de la pausa para almorzar! Entramos a un pequeño restaurant llamado "Le Relais de la Tour" en la place du Tilleul (la plaza central), y comimos divino. Las fotos hablan por sí solas...


Pato con su propia salsa y puré

Pollo con papas y queso "Bleu de Sassenage" producido en la zona.

...pero como investigué bastante antes de ir, no podía volver a casa sin haber probado la "Galette Pérougienne". Este dulce fue creado ahí a principio del siglo XX y, aunque existen copias, hay que probar la original en "L'ostellerie du vieux Pérouges"


Galettes Pérougiennes en venta al público de paso

Después de comer todo eso había que seguir caminando. Probablemente nos hubiese venido bien volver a Grenoble a pie para contrarestar el consumo calórico, pero nos contentamos con seguir viendo lo que Pérouges tenía para ofrecer. Sugiero visitar el museo (en la Maison des Princes) para ver como vivían los señores feudales en esa época, la iglesia (con inscripciones tan viejas que uno no puede creer), y simplemente vagar por los alrededores para hacerse parte del paisaje y mezclarse con los lugareños.




Pérouges es un lugar increíble que ojalá tengas la oportunidad de conocer. Hay pocos sitios que te transmiten la energía que este lugar tiene, que te hace sentir cerca de una época tan lejana. A lo largo del verano se organizan fiestas en las cuales la gente se viste como en el siglo XV y celebran bailes, ferias, juegos. Es el mejor momento para visitar Pérouges y vivir la experiencia completa.

Si querés conocer más acerca de Pérouges y las mejores fechas para visitarla, cliqueá aquí.


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