Los lunes son días en los que muchos de nosotros intentamos dejar atrás los excesos del fin de semana. Algunos se apegan al "Meat-Free Monday" (lunes sin carnes) y otros a la ensaladita en el almuerzo, pero en invierno puede ser difícil evitar las comidas pesadas... El cuerpo lo pide!
Hace unos días, atado de espinacas en mano, probé hacer una sopa que no tuviera mucha cocción ya que le hace perder gran parte de las propiedades a los alimentos, especialmente los verdes.
Resultó ser una sopa sorprendentemente rica, fácil de hacer, y muy rápida!
Ingredientes para dos porciones:
1 atado de espinacas grande, bien lavado y escurrido
2 ctas almidón de maíz
sal, pimienta
queso parmesano rallado
aceite de oliva
semillas de girasol tostadas
Preparación:
1. Ir cortando las hojas y tallos de espinaca con la mano y ponerlos en el vaso de una licuadora. Llenar hasta la mitad. Poner aprox dos tazas de agua, y licuar removiendo cada tanto el fondo con una cuchara para que se muevan las hojas más enteras y prendan en el licuado. Ir incorporando de a tandas el resto de las espinacas hasta que se logre un licuado algo espeso.
2. Pasar la preparación a una ollita y calentar. Hidratar el almidón con 1/4 T de agua o vino blanco e incorporar a la sopa revolviendo constantemente hasta que se sienta más espesa. El almidón unirá bien la fase de agua y puré de espinacas, además de darle mejor textura.
3. Sazonar la sopa a gusto.
4. Servir en dos bowls y espolvorear con queso rallado, rociar con aceite de oliva y terminar con las semillas de girasol.
Bon appétit!
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